
Acabo de leer en vacaciones el libro "El Artesano" de Richard Sennett. No es un libro de fácil lectura y tiene pasajes que ciertamente me han costado un poquito. El libro es una metáfora que hace reflexionar acerca del mundo moderno (y sus carencias) a partir de las sabias sugerencias que nos deja el pasado. Cuando hablamos de Artesanía, nos viene a la cabeza la imagen de un trabajador (carpintero, zapatero, herrero..) forjando con sus manos una pieza singular en un pequeño taller.
Sennett translada las características de esos Artesanos al mundo actual y aboga por sus bondades.
Según el se podría decir que un docente "Artesano" es alguién que disfruta por vocación, lo que hace imprimiendo identidad a su trabajo, que reclama autonomía para la experimentación creativa, ágil para concretar lo que imagina y que sabe cimentar relaciones de confianza con sus alumnos.
Por lo tanto sus rasgos distintivos serían:
1.- Disfruta: Se divierte con lo que hace, y por eso procura hacerlo bien porque sí.
2.- Personaliza: Imprime un caracter y un sentido personal a su trabajo. Su trabajo adquiere identidad.
3.- Experimenta con libertad: Le cuesta repetir lo mismo porque es curioso y le tienta lo nuevo. Por eso anhela trabajar con márgenes razonables de libertad y autonomía.
4.- Aprende haciendo: Observa y actúa, es ágil para concretar lo que imagina.
5.- Conecta, empatiza: Concibe lo que hace pensando en las expectativas de personas concretas.
Mi opinión es que estas características son deseables para cualquier función o profesión, por ejemplo un director, político, panadero, médico, mecánico, abogado......
El impulso a hacer un buen trabajo puede dar a las personas un sentido vocacional; las organizaciones mal gestionadas ignorarán el deseo de su personal de dar sentido a su vida, miestras que las bien articuladas sacarán provecho de esa circunstancia.
Un "Artesano" es innovador por definición porque siempre trata de añadir valor a lo que hace.
El libro descansa en la mediateca de Nieves Cano.